domingo, 26 de mayo de 2019

La puesta en libertad de Jero y Abril 🎈

Ahora mismo te estarás preguntado: "Y el Jero ese y la tal Abril, ¿quiénes son" 😯. Muy lógico, si es que es normal. No se puede entrar así, a saco. Por eso, antes de comenzar a explayarme, mejor voy con la presentación, ¿no?


Pues Abril y Jero son esta parejita tan cuqui del dibujo directamente sacado de mi cuaderno de recuerdos escritoriles; porque sí, soy lo bastante cursi para tener este tipo de cosas. Y resulta que hoy, tras un largo secuestro que se ha prolongado durante casi un año, finalmente han sido puestos en libertad. 
Ronda de aplausos, por favor.👏 
Y, ¿qué hicieron estos dos para acabar metidos en semejante embrollo? Vale, pues aquí debo alzar la mano y entonar el mea culpa. Fui yo quien los arrastró a tan cruel destino. Pero quita esa cara, que no se trata de lo que estás pensando. Por una vez, no fue mi masoquista instinto de escritora Drama Queen lo que empujó a este par de enamorados a la desgracia. En realidad, esta les cayó encima después de que pusiera el punto final a su novela. 
No fui capaz de proporcionarles el final feliz que tanto ansiaban y merecían. Soy un desastre. 😓
Resulta que, por esas fechas en las que los problemas problemones, debería decir que enturbiaban el destino de la dulce Abril y el irreflexivo Jero finalmente hallaron solución, y parecía que todo iban a ser paseos en unicornios sobre arcoíris multicolores, se abrió el plazo de recepción de manuscritos para participar en un conocido certamen de Novela Romántica. Y, claro, ¿quién desaprovecharía la oportunidad?
Pues yo no, desde luego. Si de escribir se trata, me apunto hasta a una ronda de aspirinas. 
Obligué al par, aún de luna de miel, pobres míos, a prepararse para la misión. Les di un repaso más esto de los repaso debería hacérmelo mirar; nunca encuentro el momento de parar con ellos , los miré del derecho, del revés, del centro a los lados y de los lados al centro y... los envié a luchar por el primer puesto. Bueno, en realidad, con haber sido seleccionados para la publicación ya nos habría bastado a los tres. Somos gente sencilla, nada ambiciosa. 
Pero esto no ocurrió. 
Insertemos música dramática en este punto, por favor; el momento así lo amerita. 
Y de este modo es como Jero y Abril perdieron su libertad, y yo todos mis derechos sobre ellos, durante los meses que el plazo de recepción estuvo abierto, el periodo de lectura de las obras participantes en el certamen y, una vez fallado el premio, seis meses más de recargo durante los cuales la editorial puede pensarse muy tranquilamente, ¿eh? Que las prisas no son buenas consejeras― si alguno de los manuscritos presentados les interesaba para su publicación. 
¡Ay, por Dios!... ¡Qué desesperación más grande!
Y hoy, justamente hoy, ¡finalmente hoy!... ¡¡¡¡¡¡EL PLAZO SE HA CUMPLIDO!!!!!!
Perdóname por tirar de mayúsculas y colorín, pero es que estoy que no quepo en mí de gozo. Seis meses... es muchísimo tiempo. A mí así me lo ha parecido. 
Así que estoy de fiesta. No bebo alcohol las buenas chicas no hacemos esas cosas 😜 pero me estoy pensando invitar a Jero y Abril esta noche y que los tres nos pillemos una buena borrachera para festejar nuestra recuperada libertad. Ellos como personajes y yo como autora. 
Eso sí, mañana a primera hora hay que volver al trabajo. Nos pondremos con un nuevo repaso pues claro, ¿qué creías? ¿Que los iba dejar tranquilitos? No, no, no y lo dejaremos todo listo para seguir tocando puertas. A ver si, en una de estas, nos dan la oportunidad y te puedo presentar a estos dos como es debido. Me encantaría. Sé que siempre digo lo mismo porque, para los escritores, todos sus personajes son especiales ¿quién va a gastar meses de su vida escribiendo sobre personas que no le interesan? pero Abril y Jero son una de mis parejas favoritas. 
¿La favorita? Pues... a día de hoy, probablemente sí. 

Por cierto, no es la primera vez que los traigo a este blog. Ya hablé de estos dos hace un año, cuando estaba contentísima por haber terminado su historia. Así que, si quieres saber un poquito más sobre ellos, por aquí te dejo un par de post:


¡Ains! Si es que una vive esto de la escritura muy intensamente y lo recoge absolutamente todo. 🤣

lunes, 20 de mayo de 2019

Palabras (poema)

Las palabras no fluyen,
no brotan de mi alma.
Se congelan en mis dedos
incapaces de plasmarlas,
de dibujar sobre el papel
lo que la mente no haya.

Las palabras se esfumaron, 
no  me sirven ya de nada.
No describen lo que siento
en esta realidad macabra. 

Se volvieron grafía inútil,
literatura barata,
burdo intento de expresarme
con el que no cuento nada.

Las palabras se han perdido
y no consigo encontrarlas.
¿Cómo decir que te extraño?
¿De qué servirá que lo haga?

domingo, 12 de mayo de 2019

Algodón de azúcar (relato)

Una nieve fina, de copos diminutos como pequeños granos de arroz, comenzó a caer. Igual que si alguien hubiese estado esperando tras una esquina el momento justo para ello. Como en una película, en la que clima se funde con la trama para hacer más intenso lo que el espectador ve en la pantalla. Solo que allí no había un guion, ni nadie que pudiese prever lo que iba a pasar. Solo Jenny lo sabía; había tomado la decisión a solas y en el misma soledad la había guardado en su interior, para ella. Era lo mejor. 
Aguardó junto al tiovivo, envuelta en la melodía que acompañaba cada uno de sus giros y las risas de quienes cabalgaban a lomos de sus caballos tallados. Corceles de ensueño para recorrer eso, una fantasía que apenas duraba unos pocos minutos. 
Al otro lado de la calle Baro esperaba su turno frente al puesto de algodón dulce. De tanto en tanto giraba el cuello, le regalaba una mirada sobre el hombro y una sonrisa. Mitad disculpa por la tardanza, mitad necesidad de asegurarse de que ella no se había cansado de esperarle. Jenny lo saludaba entonces agitando la mano en el aire. Un adiós, ese era el gesto que se hacía al despedirse. Pero él no parecía entenderlo y era mejor que fuese así. Por lo mismo había preferido guardarse aquello, ese final decidido unilateralmente, solo para ella. 
Dicen que el amor basta. Que, si es verdadero y fuerte, puede vencer cualquier obstáculo que se le presente en el camino. Pero es mentira. En el mundo hay demasiadas cosas capaces de triunfar sobre el amor. El ser humano, con su gusto por las normas, los convencionalismos y el decoro así lo había dispuesto. Jenny lo sabía, y Baro... Él también. Aunque fuese lo bastante inconsciente para pensar que podría anteponer sus sentimientos a todo lo demás. No solo en aquel presente edulcorado por el sueño que vivían. También en el futuro, cuando la fantasía hubiese encallado en la realidad. 
Al muchacho al fin le llegó su turno y, tras pagar, se dio media vuelta para volver a su lado con una pequeña nube rosada en la mano. Algodón de azúcar. Un símil perfecto de lo que estaban viviendo. Recién nacido ese dulce era esponjoso, bello y casi irreal. Pero, si no se come a su debido tiempo, se marchita. Si uno pretende guardarlo para siempre se echa a perder y termina siendo un triste remedo, raquítico, de lo que fue en su origen. 
Eran de mundo distintos. Exponentes de dos razas, dos culturas y hasta dos religiones. Jenny abandonó su Edimburgo natal para trasladarse a aquel país del sudeste asiático llena de ilusión, pero jamás esperó encontrar aquello; conocerlo a él. Era aumentar su historial académico, no hallar a un compañero con el que caminar juntos la senda de la vida, lo que fue a buscar tan lejos. 
El algodón de azúcar llegó ante ella salpicado de pequeños copos de nieve, espolvoreado en un irreal azúcar glas. Lo tomó sonriendo, arrebatándolo de las manos de quien lo portaba. Baro se dejó liberar de la livianísima carga que transportaba y pellizcó la cumbre de esa nube para arrancarle un gran pedazo que se metió entero en la boca, dejando que se deshiciese en su paladar. Ansioso, como siempre: desmedido, como en cada cosa que hacía. A los veintidós años aquel muchacho era el paradigma de la juventud. Vivía como si no hubiese un mañana y decidía como si sus acciones no fuesen a repercutir en nadie más. Se olvidaba que tenía una familia, y que en la sociedad en la que había sido criado, a la que pertenecía, ese era el núcleo de todo.


Una chica de clase obrera, blanca, católica e independiente ni encajaba ni sería aceptada en el universo al que pertenecía. No era una suposición, ya había quedado claro. La lucha para lograr lo contrario era, simplemente, un masoquista intento por alargar una agonía que terminaría en muerte. La del sentimiento que los unía. Era imposible sobrevivir en un entorno tan hostil. 
¿Qué quieres montar? preguntó despreocupado, risueño y con la boca tomada por el sabor extra dulce del algodón y de su humor.
Jenny sonrió.
El tiovivio respondió ella, consciente de que la atracción quedaba a su espalda. 
Era absurdo ir más lejos de donde estaban. Unos minutos para soñar, un paseo irreal por un recorrido artificial. Eso era todo lo que el futuro reservaba para ellos, con eso debían conformarse. 
Aquella noche, cuando Baro la dejó frente a la residencia para estudiantes en la que se estaba alojando, Jenny subió a su cuarto solo para recoger el equipaje que ya había preparado. 
Su vuelo salía en cuatro horas; el tiempo para soñar había terminado.

domingo, 5 de mayo de 2019

Mamá (poema)

Mamá, primera palabra.
Cuatro letras que definen
lo que el infinito no abarca;
lo que siente el corazón
cuando la boca te llama.

Mamá, remanso de paz.
Eterno refugio de calma
al que corro a guarecerme
cuando la vida me daña.

Fuente de amor sin medida,
deboción que nunca falla.
Tu ausencia la noto en la piel,
tu adiós me ha marcado el alma.

jueves, 2 de mayo de 2019

Flirteando con Instagram

Pues aquí sigo, experimentando con las redes sociales. Sí, sí; ya sé que soy una antigua y que hay que modernizarse, estar en línea y todo eso. No me riñas, que tienes razón. Por eso me estoy esforzando para adaptarme, como en la teoría de la evolución de Darwin 😜.
Desde hace unos poquitos días ando por Instagram, y la verdad es que no me está desagradando la experiencia venga, ronda de aplausos que esto no me lo esperaba ni yo. Todavía me estoy haciendo con el manejo, pero creo que me voy a quedar por allí bastante tiempo ya que me siento muy a gusto. Así que si te apetece que tengamos un contacto más cercano y de tú a tú, como los buenos amigos que somos, ¿qué te parece si nos seguimos por ahí? 😊
Me encuentras como adriana_andivia.
¡Te espero!