En la curvatura de la luna,
menguante o creciente, eso da igual.
La que es una cuna de nácar
que mece la noche a su compás.
Sábanas de plata al viento,
barrotes de frío metal,
arrullo de mil lamentos,
infinita soledad.
En la curvatura de la luna
que mira al mundo y lo ve pasar;
que cierra los ojos y sigue durmiendo.
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