jueves, 26 de abril de 2018

Un paso más cerca

Desde niña, casi desde que tengo nemoria, mi tiempo se ha dividido entre el mundo real y el que existe en mi fantasía. Me encanta soñar despierta. Probablemente sea lo que más me gusta hacer. Algo que necesito, aunque suene melodramático, tanto como comer o dormir. Pero soy consciente de los peligros que entraña esto de vivir con la cabeza en las nubes, por ello prefiero ser precabida.
No quiero acabar como Don Quijote. Ni convertida en Madame Bovary. Ahora que lo pienso, este papel me iría más, por todo lo de las novelas románticas y demás. Es por eso que el tiempo que paso en el plano, llamemoslo verídico, trato de mantener los pies firmes en el suelo. Necesito sentir estable la superficie por la que piso para echar a andar. Así que, pese a la alegría que sentí cuando Harper Collins me contactó para interesarse en mi novela..., no sé, no terminaba de creérmelo del todo.
¿Y si pasa algo? ¿Y si la editorial cambia de opinión? ¿Y si...? Hay tantos "y si" en la vida. En cualquier momento podía suceder algo y la ilusión me explotaría en la cara, igual que una burbuja de jabón.


Ahora, que ya he firmado el contrato, me siento más segura. Ahora sí creo que mis dos realidades paralelas se han fusionado. Ahora me siento un pasito más cerca de ser una escritora.
Si es que no hay nada como la burocracia para concienciarte de la realidad. 

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