¿Recuerdas cómo empieza la película Mamma Mia? Con Amanda Seyfried ―Sophie, en la cinta― caminando de noche, descalza y en camisón, hasta un buzón en el que echa unas cartas. Todo ello mientras canta, henchida de emoción, "I have a dream..."🎶. Pues este post podría comenzar del mismo modo. Pero tranquil@, que te voy a ahorrar el mal trago de oírme cantar. Aunque amo la lluvia, soy consciente de que es un gusto que pocos comparten conmigo. Aquí, en mi ciudad, caen dos gotas y se pone todo el mundo de una malísima uva... Así que no seré yo quien agüe ―y nunca mejor dicho― la fiesta a nadie. Mejor tiramos de imaginación y ya está.
¿Me ves ahí? ¿Vestida de blanco, con la melena al viento y un puñado de sobres en la mano?
Como Sophie, también he estado enviado cartas últimamente. Concretamente, he escrito a todas las editoriales de mi larga lista, en la que incluyo a las que se dedican a la publicación de Novela Romántica. Y, al igual que la chica de la peli, mis mensajes contenían un sueño.
Claro, lo has adivinado: que alguna de ellas publicase mi novela. Tampoco era muy difícil de acertar. ¿Qué, si no eso, podría querer yo de esos señores/as?
Pero, para serte completamente sincera, mi sueño va un poco más allá. No le basta con una publicación cualquiera. Esta debe reunir una serie de requisitos para que se ajuste a lo que demanda. O, para ser más precisa, un requisito. Es solo una cosa lo que mi sueño anhela: que la historia que he enviado junto a mi carta de presentación y demás parafernalia se convierta en un libro físico; que se materialice sobre el papel.
En este sentido, a pesar de tener dos novelas publicadas me siento como si aún no hubiese debutado. 😢
El e-book no es lo mío. ¡Ea, ya está! Lo he dicho.
Más aún, tan poco me gusta esta forma de leer que, hasta hace cuestión de meses, ni siquiera tenía libro electrónico. Al final, la realidad me ha obligado a bajar de mi nube romántica para, como con tantas otras cosas, adaptarme a los tiempos modernos. Pero, aún así, si puedo disponer de un título en papel y en digital, prefiero ahorrar un poco más y adquirir el primero.
Reconozco que le veo muchísimas ventajas al libro digital. Por ejemplo, te permite ahorrar espacio en casa. Además, es beneficioso para la preservación del medio ambiente. Por no hablar de que resulta más económico tanto para los lectores como para las editoriales que los producen.
Y, pese a todo esto... nunca tendrá el encanto del papel y la tinta.
Y, pese a todo esto... nunca tendrá el encanto del papel y la tinta.
No sé si te pasa lo mismo, pero yo tengo la sensación de que nos hemos convertido en coleccionistas de aire. Antes, no hace tantos años, guardabas con cariño los libros que te habían hecho soñar con sus historias. Acariciarlos, olerlos y sacarlos de la estantería en la que los tenías para releer algún párrafo también formaba parte del placer que reportaban. Lo mismo sucedía con los CD de música. Además de oírlos, gustaba sacar el librito, ver las fotos en las que el artista posaba con un look de andar por casa más glamouroso que nuestros vestidos de domingo, leer las letras de las canciones...
Todo esto se va perdiendo en favor de pagar por un archivo que, al final, no deja de ser aire; algo que no puedes tocar.
Todo esto se va perdiendo en favor de pagar por un archivo que, al final, no deja de ser aire; algo que no puedes tocar.
Sí, tenemos el dormitorio muy despejadito y ordenado, eso es verdad. Pero, ¿no te parece que ese espacio libre resulta también bastante impersonal?
A mí sí.
El hecho de que mis libros no sean tangibles me hace sentir como si, en cierto sentido, no hubiesen dejado de ser el sueño que pululaba dentro de mi cabeza. Le he dado forma, eso sí; y he podido compartirlo con más personas, pero... ¿Dónde está?
No puedo verlo. Menos aún tocarlo.
Es por esto que, con Jero y Abril, decidí hacer de cuenta que soy una principiante. Comienzo de nuevo como escritora con ellos. En este sentido, mi primera decisión fue enviar el manuscrito a editoriales que publiquen solo en papel. Así que hice un exhaustivo recorrido por todas las webs y... pues llegué a la conclusión de que no tengo modo de asegurarme esta característica. Porque sí, hay empresas que editan en papel, pero también en e-book y, claro, ¿cómo garantizar que, en caso de que estén interesados en mi novela, sea para publicarla en formato físico y no en digital?
Honestamente, me siento perdida. No sé qué hacer para sacar mis historias de la zona etérea.
Hasta no hace mucho solía consolarme diciéndome a mí misma que lo del papel ya no se lleva. Que era manía mía, que soy tan antigua con mi amor al libros físico como con la mayoría de las cosas. Pero la verdad es que, ahora que me paseo por Instagram ―que mal hacen las redes sociales, son el espejo de todo lo que queremos y no poseemos― he descubierto que son muchas las autoras de romántica que tiene sus obras en papel. No solo las de más relumbrón, como yo creía. También otras más modestas. Por no hablar de que, cuando alguien pregunta dónde puede comprar mis novelas y les advierto que solo están disponibles para e-book, se les ensombrece el rostro de un modo que evidencia que tanta modernidad es un problema. El interés mostrado un segundo antes se desvanece tras el dato de forma irrecuperable. No debo ser la única que se resiste ―o resistía― a comprar el aparatito.
Al final, el trauma, siempre al acecho, hace acto de presencia para morder con ganas ―el muy infeliz―: "¿Por qué mis obras no están publicadas en papel? ¿Será porque no soy lo bastante conocida? O, peor aún... ¡¿Lo suficientemente buena?! A ver, que puede ser. Si vamos a ponernos a estudiar posibilidades habrá que incluirlas todas, hasta las que me hacen daño..."
¿Entiendes ahora por qué sufro migrañas cada vez con más frecuencia? Ya no me aguanto ni yo misma.
Al final, he enviado el manuscrito a todas las editoriales que conozco. Sin mirar sin publican en papel o no. Y a esperar, esperar, esperar... Si resulta que alguna me responde ofreciéndome la oportunidad de publicar, otra vez, en digital... Pues aún no sé qué les responderé. Ya lo valoraré cuando llegue el momento.
En fin, ¡qué complicado es este mundo!😛.
Vamos a dejarlo aquí, que me está comenzando a entrar ansiedad. Mejor, me despido cantando al estilo Mamma Mia. A ver si así me relajo un poco.
Vamos a dejarlo aquí, que me está comenzando a entrar ansiedad. Mejor, me despido cantando al estilo Mamma Mia. A ver si así me relajo un poco.
Venga, a la de tres:
1...
2...
3...
🎵I have a dream, a song to sing...🎶