martes, 28 de agosto de 2018

Nino Fabre, la otra mitad de "Es medianoche, Cenicienta"

Porque, para hablar de romance, son necesarios dos individuos. De lo contrario, estaríamos ante una historia de amor unilateral y eso, como todos sabemos, se acerca más al drama que a ningún otro género... 
Vale, me centro; que apenas acabo de comenzar el post y ya estoy divagando. A ver...
Como iba diciendo, en toda novela romántica son necesarios dos personajes protagonistas: dos chicos, dos chicas, o un chico y una chica como en el caso de la que nos ocupa. A ella, Berta, ya la conoces. Te la presenté en la entrada anterior (si aún no la has leído puedes hacerlo clikando aquí). Por lo que es el turno de Nino que, aunque no tome las riendas de la narración, como partner de esta particular Cenicienta también juega un papel muy importante en ella. Sin él, simplemente, no tendríamos historia.


Nino Fabre es el actor más famoso de Francia. ¿Qué dices? ¿Qué no te suena su cara? ¡Pues claro!, porque estamos en España. Pero, en su país, el muchacho es una autentica revolución. Sus películas son éxito de taquilla asegurado (aunque a menudo él mismo dude de la calidad de estos trabajos) y las marcas publicitarias se lo rifan como imagen de sus campañas. Un chico de oro que, en realidad, lo único que quiere es ser un actor. Uno de verdad, lejos de toda la parafernalia que envuelve a una gran estrella. 
No es alguien que se fíe fácilmente de los demás. Los años en la industria del entretenimiento, a la que llegó siendo un adolescente, le han enseñado que la fama no sirve para atraer amistades sinceras. Si acaso, lo contrario. Sin embargo, con la estrafalaria Berta está dispuesto a hacer una excepción. No tiene ni idea de por qué pero, desde el primer momento, y aunque sabe que le oculta algo, se siente inclinado a confiar en ella. 
Pero que su predisposición a la desconfianza no te haga formarte una idea equivocada de su carácter. Nino es el paradigma del buen chico, amable, dulce y considerado. Así que lo siento si te gustan los malotes de novela. En esta no vas a encontrar ninguno. Personalmente, tanto en la ficción como en la vida real, prefiero a los hombres que respetan y se colocan incondicionalmente del lado de la mujer que aman. Entendiéndolas, animándolas a ser la mejor versión de ellas mismas y apoyándolas. Monsieur Fabre es esa clase de hombre y por ello considero que es un muy digno héroe de novela romántica.

"Ya te dije una vez que, sea cual sea el secreto que escondes,
he decidido ponerme de tu lado"😍

 Nino Fabre dixit

Si quieres conocerlo, a estas alturas, y con lo pesadísima que estoy siendo (lo siento, pero como autora pocas cosas me gustan más que escribir sobre mis personajes), ya sabes donde encontrarlo. Como Berta, también él te espera en Es medianoche, Cenicienta. 

¡A partir del próximo 6 de septiembre en todas tus librerías digitales!

viernes, 24 de agosto de 2018

Te presento a Berta Velasco

Aunque, en realidad, no es la primera vez que se pasa por el blog. Ya estuvo aquí hace una o dos entradas para contarnos la sinopsis de Es medianoche, Cenicienta. Y es que quién mejor que ella para hacerlo, que es su protagonista absoluta y narradora. Sí, sí; ella, no yo. 
Me encanta mi papel de narradora omnisciente. Lo disfruto porque me hace sentirme una más de la historia, por ello es mi perspectiva favorita cuando me enfrento al papel. Además, le encuentro muchas ventajas a esta forma de escribir. Por ejemplo, la de poder saltar de escenario en escenario para contar las vivencias de personajes  diferentes y sus puntos de vista. Ya se sabe que una novela no solo se sustenta en el o la prota. Sin embargo, en esta ocasión, he preferido cederle la voz a Berta y limitarme a ser una mera redactora de sus palabras. Y ha sido muy fácil trabajar con ella, la verdad. Quizás porque, de todas mis protagonistas femeninas, Berta es con la que más identificada me siento. Y no porque nuestras vidas se parezcan en algo ya que, gracias a Dios (no te ofendas, nena, pero las dos sabemos que no has enfocado tu camino de la mejor manera), las similitudes entre nosotras se limitan al campo en el que ambas trabajamos y nuestra afición por las viejas pelis del Hollywood más romántico (¡Ay! aquellos inocentes idilios en technicolor). Pero por apariencia y manera de ser, Berta se me hace la más humana de mis chicas. 


Lo reconozco, tiendo a caer en el ideal romántico de heroína jovencita que experimenta el amor por primera vez. ¿Qué puedo decir? Los primeros amores son mi debilidad. Eso y que tampoco he conseguido un grado de madurez muy superior al que tenía en mis años universitarios😖. Berta, sin embargo, es una teintañera con un físico de lo más normal y una existencia que no difiere en nada de la que cualquier chica de barrio llevaría. 
Y... ¿dónde está lo que la hace tan especial para que su historia merezca ser contada en una novela? ¡Ahhh! Pues, para averiguarlo, te invito a que la conozcas por ti mism@. A partir del 6 de septiembre la puedes encontrar en Es medianoche, Cenicienta. Las dos te esperamos allí, y ya luego nos cuentas qué tal te a parecido la experiencia 😊

domingo, 19 de agosto de 2018

En mis sueños (poema)

En sueños te encontraré,
en un apartado rincón de mi mente.
Donde no existe el tiempo
y se olvida la realidad
para crear un lugar
donde puedo tenerte.

Donde la fantasía
es la ley a cumplir
y el anhelo materia tangente.
Ahí te amaré sin fin,
hasta que el alba
me vuelva consciente.


martes, 14 de agosto de 2018

Ahora sí: ¡sinopsis y portada!

Vengo de visitar la web El rincón de la novela romántica (una de mis imprescindibles en la búsqueda de nuevas lecturas) y con gran sorpresa y regocijo me he encontrado esto entre las novedades. 


Sinopsis: Mi vida a los treinta y cuatro era puro cine. Pero no por lo romántica, emocionante y apasionada, sino porque la sal de mi existencia se resumía en las horas que pasaba tirada  en el sofá, viendo una y otra vez las mismas viejas pelis de amor.
Con un trabajo basura, una vida sentimental extinguida poco después que los dinosaurios y teniendo a mi madre como compañera de piso, solo la ficción pidía salvarme. Hasta que unos misteriosos zapatos pusieron patas arriba la apacible apatía a la que me había resignado y, también, todas las leyes de la lógica más racional.
Lo sé; más parece cosa de cuentos que de la vida real. Pero creedme cuando os digo que, a veces, un par de zapatos es todo lo que se necesita para pasar de ser una devoradora de películas románticas a convertirte en la protagonista del filme. 

De verdad que no me lo esperaba, ni sabía que se iban a hacer públicas la sinopsis y la portada pero, ya que han dejado de ser un secreto, por supuesto que tenía que hacerme eco aquí. 
La novela saldrá a la venta el próximo 6 de septiembre. ¡Ya no queda nada!🙌

jueves, 9 de agosto de 2018

Cuando soñaba con ser la prota de la novela

Hoy me siento nostálgica; con un regusto en la boca a meriendas de pan con chocolate y tardes entre deberes y paseos calle arriba-calle abajo con las amigas del barrio. Hoy me han venido a la mente recuerdos de mi niñez. Y sí, me doy cuenta de que tiene telita ilustrar una entrada dedicada a mis años más inocentes con la imagen de un culebrón mexicano. Pero es que la vena Drama Queen a mi ya me vino desarrollada de fábrica y un amorío ha sido siempre mi mayor entretenimiento. 
Tampoco es que de niña fuese una enganchada a las telenovelas, ¿eh? Nada de eso.  Mi madre, que siempre ha sabido de qué pie cojeo, me las prohibió porque "no eran para niños". Y tenía razón, pero ya se sabe que la censura paterna llega hasta donde el ingenio de los hijos la deja. Y el mío se las apañó bastante bien para empaparse enterito un serial noventero titulado Te sigo amando. ¿Te acuerdas?

Me encantaban los estilismo
de la actriz 😍
Pues de aquí me viene la melancolía, porque esta mañana, haciendo zapping de un canal a otro sin encontrar nada que me acompañase como ruido de fondo mientras limpiaba, me topé con que estaban reponiendo esta novela. Y con ella se desbordó el dique de mis recuerdos. Ha sido raro verla después de tanto tiempo ya que me ha hecho darme cuenta de lo mucho que han cambiado las cosas, y yo con ellas, en estos años. 
Recuerdo que Yulissa, la protagonista de la historia, era muy jovencita. Creo que aún no había cumplido los dieciocho o que estaba a punto de cumplirlos. Yo tenía muchos menos que ella y, mientras veía sus desventuras televisadas, soñaba con vivir algún día un amor igual al que esa pobre estaba padeciendo. Ahora, con la mayoría de edad superada y un vagaje vital a mi espalda, me alegro de no haber tenido nunca una relación tan sufrida como la de esta chica. Porque esto de los amores trágicos está muy bien; muy emotivo, muy  bonito y emocionante. Sobre todo cuando los vives desde el sofá, bien arrebujadito en una mantita, y son otros los que lo pasan mal en la pantalla de la tele o las páginas de un  libro. Pero, sinceramente, ¿quién querría atravesar el calvario que viven los protagonistas de su historia romántica favorita? Yo desde luego que no, así que tengo que reconocerle a los años el mérito de haberme cambiado. Quiero pensar que para mejor, a más sensata. Porque de ñoña sigo igual, pero vivo mi bobería con más cabeza y así me divierto el doble. Me río mucho más.
Mi relación con las telenovelas latinoamericanas prácticamente se reduce a Te sigo amando y poco más. No encontré ninguna otra que me gustase al punto que lo hizo esta, y se me hacen demasiado largas para que las historias me mantengan interesada hasta el final. Soy muy inquieta y mi atención es simplemente incapaz de estar centrada quinientos capítulos en la misma trama.Ya con TSA me costó llegar al último capi y solo aguanté porque estaba encariñada con los personajes. Sin embargo, sí que tengo dentro de mí a una amante del culebrón a la que he alimentado con esmero por años. Solo que, la muy glotona, es adicta a la comida asiática. Mucho más digerible, ¡dónde va a parar! Pero esa es otra historia, otra etapa de mi vida y otra entrada para el blog.