Los primeros amores tienen algo que los hace memorables. No son perfectos, ni mucho menos. Están llenos de todos los errores que se pueden cometer cuando se experimenta algo nuevo. Pero esa novedad es también lo que los hace más emocionantes, más intensos; más bonitos y, al mismo tiempo, más atemorizantes que cualquier otro.
Si hay algo común al ser humano es que nadie olvida su primer amor, no importan los años que pasen. Yo recuerdo el mío, fue muy aburrido. Así que, mejor que hablarte de mi primer amor en el plano real, te contaré el que viví en el plano literario. Aquí me suelen pasar cosas mucho más emocionantes.
Verás, fue un romance precioso con las calurosas calles de Bangkok y las paradisíacas playas de Koh Samui como telón de fondo. Exótico, ¿verdad? Sí, yo era muy fan de lo exótico por ese entonces. Él se llamaba Ari; era un hombre desesperado, un luchador de muay thai que se jugaba la vida en peleas ilegales; ella, Margot, una niña rica un poco chocante con ánsias de libertad y necesitada de afecto. Cuando el azar cruzó los caminos deambos se convirtiero en el detonante de la primera historia de amor que narré.
He mencionado El cielo de Bangkok muchas veces, en muchas entradas. Hoy quería hacer de este, mi primer romance vivido como autora, el protagonista absoluto del blog. Antes no tuve ocasión, era el momento de Es medianoche, Cenicienta. Pero, hace unos días, Margot y Ari me llamaron para preguntarme qué pasaba, si ya no me acordaba de ellos y por qué no los había invitado aún a mi casita en la red.
Si te digo la verdad, y aunque todas mis novelas son especiales para mí (¿quién se enfrasca en la aventura de recrear un universo que no le entusiasma?) El cielo de Bangkok ha sido mi favorita por mucho tiempo. Fue la primera, por ello la más ilusionante. También la menos depurada, si tuviese la oportunidad de volver a revisar el texto ahora... cambiaría muchas cosas. No referentes a la acción, pero sí a la redacción. Objetivamente hablando considero que mi forma de escribir ha mejorado mucho en estos años. Algo de lo que me doy cuenta al leer mis primeros escritos. Pero, con todas sus imperfecciones, esta historia es para mí ese primer amor mágico.
En la actualidad, Margot y Ari viven felices y tan enamorados como el primer día tras haber vencido los escollos que se interponían entre ellos. Pero en la próxima entrada los haré volver al inicio de su historia. No por maldad, pobres ellos, con lo que tubieron que pasar para estar juntos, sino para compartir en el blog el primer capítulo de su novela.
Si te digo la verdad, y aunque todas mis novelas son especiales para mí (¿quién se enfrasca en la aventura de recrear un universo que no le entusiasma?) El cielo de Bangkok ha sido mi favorita por mucho tiempo. Fue la primera, por ello la más ilusionante. También la menos depurada, si tuviese la oportunidad de volver a revisar el texto ahora... cambiaría muchas cosas. No referentes a la acción, pero sí a la redacción. Objetivamente hablando considero que mi forma de escribir ha mejorado mucho en estos años. Algo de lo que me doy cuenta al leer mis primeros escritos. Pero, con todas sus imperfecciones, esta historia es para mí ese primer amor mágico.
En la actualidad, Margot y Ari viven felices y tan enamorados como el primer día tras haber vencido los escollos que se interponían entre ellos. Pero en la próxima entrada los haré volver al inicio de su historia. No por maldad, pobres ellos, con lo que tubieron que pasar para estar juntos, sino para compartir en el blog el primer capítulo de su novela.
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