Negro, rojo y un poquitín de blanco se fusionan en la carta de presentación de mi particular Cenicienta. Me moría de ganas de verla y esta mañana mi ánsia se ha visto satisfecha. ¡Por fin le he podido echar un ojo a la primera versión de la que será la portada de mi segunda novela!
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No, no es esta. Pero va en la línea. |
Elementos típicos del cine y, claro, el inébitable zapato (pocos han hecho tanto por la industria del calzado como Cenicienta) se unen en la imagen de cabecera de la historia. Le va genial; define muy bien la esencia de la novela y eso es lo más importante. No me gustan las portadas que no dicen nada de lo que vamos a encontrar tras ella. No les veo el sentido.
Mil gracias al equipo de Harper Collins por su trabajo, y por el mimo con el que están tratando el mío.
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