jueves, 2 de mayo de 2019

Flirteando con Instagram

Pues aquí sigo, experimentando con las redes sociales. Sí, sí; ya sé que soy una antigua y que hay que modernizarse, estar en línea y todo eso. No me riñas, que tienes razón. Por eso me estoy esforzando para adaptarme, como en la teoría de la evolución de Darwin 😜.
Desde hace unos poquitos días ando por Instagram, y la verdad es que no me está desagradando la experiencia venga, ronda de aplausos que esto no me lo esperaba ni yo. Todavía me estoy haciendo con el manejo, pero creo que me voy a quedar por allí bastante tiempo ya que me siento muy a gusto. Así que si te apetece que tengamos un contacto más cercano y de tú a tú, como los buenos amigos que somos, ¿qué te parece si nos seguimos por ahí? 😊
Me encuentras como adriana_andivia.
¡Te espero!

martes, 23 de abril de 2019

¿Qué son los libros para ti?

Para mí, un libro es:

Un romance, un espectro aterrador, un suspense que te mantiene en vilo o el recuerdo de una vieja emoción.
Es una caja capaz de guardar el firmamento, una jungla aún no explorada o las profundidades del mar. 
Los libros son mapas que cambian imagen por palabras que te arrastran a países que nunca pudiste visitar. 
Saltos en el tiempo a otras épocas, a otros mundos; a fantasías aún por imaginar. 
Un libro es un sueño que alguien plasmó para que tú también lo puedas soñar. 
El regalo más hermoso, el que jamás  te falla. Un amigo sin condiciones que, cuando te hace falta, siempre está. 

¡Feliz día del libro!

martes, 9 de abril de 2019

El síndrome del escritor quemado

Que no es lo mismo que el síndrome de la página en blanco, síndrome del impostor o como quieras llamar a esos periodos de sequía que sufrimos todos los que nos dedicamos a una actividad creativa. No, el síndrome del escritor quemado no tiene nada que ver con la falta de ideas, sino con el hastío; con la desgana. Vamos, para que nos entendamos, es lo que se traduce como estar hasta las mísmisimas narices de algo. En este caso, en concreto, de la escritura. 
Pero..., ¿puede esto ocurrir? ¡¿Es posible semejante atrocidad?! 
Pues sí, por más duro que resulte aceptarlo esto pasa. Y más de lo que crees. Lo que sucede es que a los que escribimos nos suele dar un poquito de reparo reconocerlo, porque se nos llena la boca diciendo que amamos lo que hacemos. Y es verdad, si alguien creer que gastamos el tiempo juntando letras por dinero o fama es que, además de ser un iluso, no tiene ni la más mínima idea sobre cómo funciona este mundillo. Es por esto por lo que, para los escritores, admitir que estamos hartos de inventar, documentar, escribir, borrar y reescribir, corregir, corregir, corregir y volver a corregir otras siete veces más es algo así como para cualquier otra persona sería declarar que está un poco aburrida de su novio/a o marido/esposa. Duele aceptar que, en materia de amor, no todo son días de vino y de rosas. Pero la verdad es la verdad, chic@, y es única e inamovible. 
Por eso voy a alzar mi mano: estoy sufriendo este síndrome. Creo que por primera vez en mi vida. He pasado por bloqueos varios, pero nunca, hasta hoy, sentarme a escribir se había convertido en una actividad tediosa para mí. Y es que, al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, este no es un oficio fácil, ¿sabes? Se te lleva la vida. Bueno, vale, igual me estoy dejando ganar un poquitín por la DramaQueen que habita dentro de mí. Pero sí que es verdad que te quita mucho de lo más valioso que tiene el ser humano: tiempo. 
Cada vez que alguien me dice que quiere ser escritor/a siempre le respondo lo mismo:
Ten presente que vas a sacrificar tu vida social en el camino. 
Todos tenemos obligaciones con las que cumplir y un trabajo al que no podemos renunciar reitero que la escritura, por sí sola, no sirve para mantenernos, a no ser que hayas desarrollado la buena costumbre de vivir del aire sin morir en el intento. Por lo mismo, querido/a aspirante a escritor, no te va a quedar más remedio que usar los ratos que te queden libres entre unas y otros para escribir. Esto se traduce en descuidar otras aficiones y decir que no a muchas salidas con amigos. Un gran sacrificio, sí. ¡Qué me vas a contar a mí! Y lo peor es que lo harás por una recompensa que no siempre será tan satisfactoria como esperabas. Ni siquiera tanto como mereces. La gente puede ser bastante tacaña cuando de valorar el trabajo de otros se trata. Por lo que es inevitable que acabes preguntándote por qué puñetas te estás esforzando tanto. 
¡Hala! ¡Al carajo con todo!
Perdón 😓 . 


Pero olvidemos las lamentaciones y vamos a lo que nos interesa: ¿qué se puede hacer para superar el síndrome del escritor quemado? Tras realizar una ardua búsqueda por Internet para ayudarme a mí misma he aquí el egoísta origen de esta entrada he llegado a las siguientes conclusiones:
  1. Tómate un pequeño descanso: Cuando te duelen los pies tras una larga caminata lo primero que haces es buscar un lugar en el que sentarte un rato, ¿verdad? Pues el cerebro funciona exactamente igual que los pies. También hay que darles un respiro cuando está sobrecargado. 
  2. ¡Escribe!: Una vez recuperad@ de la caminata habrá que seguir andando, ¿no? En ese banquito tan cómodo en el que te has apoltronado no te puedes quedar para siempre. Habrá que volver a casa, digo yo. Y, si de verdad quieres ser escritor/a, lo siente mucho, pero tienes que escribir. Es el único requisito indispensable para hacer carrera. 
  3. Cambia de historia: quizás tu cansancio esté motivado por una trama o unos personajes a los que les has dedicado demasiado tiempo. Como ocurre hasta en las mejores parejas, es mejor que os deis un tiempo. Prueba a tener nuevas experiencias literarias y a conocer otros amigos imaginarios.
Vale,  ahora viene la pregunta del millón: ¿qué pasa si hago todo esto y, aún así, sigo sin encontrar al escritor/a que llevo dentro?
Pues te aguantas, y dejas las cosas fluir. Si tu amor es verdadero resurgirá de las cenizas como el ave Fénix. Ya sabes que donde hubo fuego rescoldos quedan y ya verás como, tan pronto la gris realidad te abrume, volverás a tu refugio de papel y tinta de manera natural. Y, si no es así, si la escritura no es para ti más que un affaire pasajero, tampoco te preocupes. Ya llegarán nuevos romances con los que llenar tu tiempo.