domingo, 6 de enero de 2019

Llegaste tú (poema)

Llegaste como la aurora,
como la espuma sobre el mar.
Como llega todo lo hermoso:
sin esperarlo, sin avisar.

Brillante gota de rocío,
fresco olor de azahar,
cálido desierto en los meses
que pongo el alma a hivernar.

Llegaste y cambiaste el mundo
simplemente por estar.
Por estar en él, en el mío,
ayudándome a respirar.

lunes, 31 de diciembre de 2018

Por favor, 2019, se bueno conmigo😓

A 2018 le di la bienvenida con alegría, entusiasta; decidida a hacer de él el año de mi vida. Y es raro, porque no acostumbro a ser la persona más animada en Noche Vieja. Siempre me entra la morriña y una cierta tristeza por lo que se deja atrás, los objetivos que no he cumplido y, sí, por hacerme más vieja también. Precisamente por eso tenía tan altas expectativas puestas en este año que ahora agoniza. Si tanto me había cambiado el que es mi humor habitual en tan señalada fecha sería porque me aguardaba algo bueno y mi instinto lo notaba, ¿no?
De entrada, debo decir que no me defraudó. Este 2018 que ya es casi pasado he retomado mi soñada y durante tanto tiempo dejada de lado faceta de escritora. No solo he publicado una novela, sino que en estos doce meses no he parado de derramar tinta sobre el papel. A pesar de ello, si hago balance el peso se decanta estrepitosamente del lado de la tristeza. Sin temor a equivocarme puedo decir que 2018 ha sido el peor año de mi vida. Lo es porque, pese a permitirme recrearme en mi sueño, también me ha hecho vivir la peor de las pesadillas. Nunca olvidaré que este año mi madre fue diagnosticada de cáncer de pulmón, que esta enfermedad la fue apagando y que, al final, murió a manos de lo que se suponía que iba a salvarla: la quimioterapia. Todo en cuestión de meses, de manera fulminante y pillándonos a todos por sorpresa. 
Mi madre me dijo adiós el pasado 23 de octubre, y con ella se llevó una parte de mí que no podré recuperar nunca. Por más que la busco, ya no está dentro de mí. 
Así que hoy vuelvo a estar exactamente igual que hace 365 días, deseando dar la bienvenida al año nuevo. Solo que de un modo muy diferente, sin júbilo y con mucha cautela. No voy a cometer otra vez el error de esperar algo maravilloso de 2019. No será un año increíble, no podrá serlo porque es el primero que viviré sin la que ha sido la persona más importante de mi vida. La que más he querido, la que más me ha querido a mí. Mi pilar en todos los sentidos. Tan solo espero que sea tranquilo, que no me dé disgustos y que me sirva de punto de partida para la que será mi nueva existencia a partir de ahora.
Así que, por favor, 2019, te lo pido de corazón. Vamos a ser amigos y a llevarnos bien. Será porque estoy sensible, pero ahora necesito más que nunca ser tratada con sutileza.

martes, 25 de diciembre de 2018

A un conejo de peluche (poema)

Tiene el cuerpo peludito
y dos botones de ojuelos. 
Rellenito de algodón
se me hace más que tierno.

Enganchado de mi bolso
no se ha perdido un evento;
vino al cine, al teatro
y hasta algún que otro duelo.

Era solo un souvenir
de un país extranjero,
pero a fuerza de lealtad
ahora es mi compañero.

Y sé que soy una loca,
porque solo es un muñeco,
pero en su corazón de foam
me ha guardado mil secretos.

Conejito de peluche,
mi MinHo blandito y tierno.
Aunque no hablas sé que escuchas,
por eso te digo "te quiero".


Este de la foto es MinHo, Lee MinHo (si, el nombre no es casual 😊), un buen amigo. Lo conocí en Namdaemun, durante mi estancia en Seúl. Fue en flechazo. Tengo debilidad por lo cute y, ¿acaso has visto algo más cuqui que él? Desde ese día no nos hemos separado. Adoro este peluche-llavero XL, de algún modo me hace sentirne menos sola cuando estoy lejos de casa y, si es que alguna vez no lo llevo conmigo (los días de lluvia o especialmente húmedos no sale, se le encrespa el pelo cosa mala) no falta quien me pregunte por él. Se ha convertido en un personaje con identidad propia 😛.
En fin, hoy es Navidad; si hay una fecha  para sacar a pasear nuestro lado más infantil es esta. El mío ya ha quedado al descubierto. 

jueves, 20 de diciembre de 2018

Feliz Navidad, próspero año nuevo y todas esas cosas que toca decir en estas fechas

Tras dos meses sobreviviendo al bombardeo televisivo de películas en las que la vida de los personajes se soluciona por obra y gracia de la mágia de diciembre, el hilo musical a base  de villancicos de los centros comerciales y la imposibilidad de obviar la incitación a comer sin medida, ya tenemos encima la Navidad. Ahora sí, de pleno derecho. No es mi época favorita, como se habrá notado, y este año particularmente. Van a ser las navidades más tristes de mi vida. Pero el mundo no gira en torno de mí, mis necesidades y preferencias y lo que toca es dar y recibir felicitaciones a todos nuestros conocidos. No podía olvidarme de ti, que durante este año me has acompañado,  visitándome de tanto en tanto en mi casita en Internet 😉. Mil gracias por ello y, claro, que tengas una feliz Navidad y que 2019 sea un año para recordar. Por cosas buenas, eso sí.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Todo lo que quiero por Navidad es una historia...O dos, o tres...

A poco más de una semana para Navidad... ¿y tú aún no sabes qué pedirle a Papá Noel? Pues aquí estoy yo para solucionarte la duda 😎. ¡Por partida doble! Así que atent@. Pon atención que no todos los días te trae un regalo un señor de traje rojo y barba blanca. 
Primero, ¿qué te parece pedir un cuento de hadas, un sueño cumplido y la valentía para vivir la vida del modo en que siempre quisiste hacerlo?


O, si no, ¿qué tal un amor prohibido en un escenario exótico, lejano y peligroso?


Y, todavía mejor, ¿por qué no las dos cosas? Puestos a pedir...
La tercera es la mejor opción, no lo digo por nada 😞. Ya se sabe que lo bueno siempre se deja para el final. 
Ya que me he hecho la publicidad, te dejo que sigas con tu carta. Usa bien la ortografía, que esto no es Whatsapp. Una última recomendación antes de irme, y ahora soy completamente seria: esta Navidad, regala historias. Da igual si las he inventado yo u otro autor, esta vez no estoy haciendo propaganda. Sencillamente, estoy convencida de que una novela siempre será la forma más directa de entregar un sueño a los que amamos 😉

P.D.: Mucho Papá Noel, pero yo sigo siendo más de los tres Reyes Magos.