Pues que nos llueva, ¡y mucho!
Y que vean que nos mojamos
pa' que se mueran de envidia
estos peces de secano.
Que nos llueva, que tú y yo
iremos de la mano
corriendo por las calles
sin reparar en los charcos.
Que caiga el diluvio,
que no buscaremos
lugar donde refugiarnos.
Protegerse del agua
es cosa de cuerdos.
Y tú y yo tan locos estamos
que, entre tanto donde elegir,
fuimos a elegir amarnos.
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