viernes, 11 de septiembre de 2020

Si quieres ser escritor debes...

El otro día, haciendo limpieza en los cajones de la cómoda que tengo en el dormitorio, encontré un cuaderno la mar de cute; rosita, de Hello Kitty. Muy mi estilo, vamos. 😋Lo raro es que ni me acordaba de que tengo semejante monería. Así que lo abrí, con la misma sensación que tendría al husmear entre las cosas de un extraño, y, al ojearlo, descubrí páginas y páginas llenas de apuntes de uno de esos cursos de escritura creativa a los que he asistido como alumna. 
¡Ay! ¡Aquellos tiempos! Qué romántica y qué bohemia me sentía. Y qué poquita cosa necesitaba para montarme mi película y ser feliz dentro de ella. 
En fin, si me permites, voy a hacer a un lado el modo abuela cebolleta que acaba de caerme encima: ¡Hala, señora! Váyase usted a sentar en el sofá, o donde quiera, que aquí tenemos cosas que hacer. 
¡Ea! Pues ya está; podemos seguir con lo nuestro.
Como te decía, el cuaderno estaba lleno de anotaciones sobre técnicas de escrituras. De todas ellas, mis ojos se detuvieron en un apartado remarcado con subrayador amarillo fosforito (difícil no reparar en ella) que gritaba con letra grande y mayúscula: CONSEJOS DE ESCRITURA. Y me dije:
-¡uy! Pues mira que bueno es esto para escribir una entrada en el blog. 
Conversaciones de estas que me gusta tener conmigo misma, ya sabes. 
Me voy a permitir cambiar el encabezado por el título de esta entrada para compartir esos tips contigo, y con todo el que sienta el escozor de una historia quemándole las yemas de los dedos; incitándolo/a a ponerla en palabras. Son pequeños detalles, pero vale la pena tenerlos muy en cuenta. Como suele ocurrir con la mayoría de las cosas pequeñas. 
Así que empezamos con la master class. 😎😉


Si quieres ser escritor debes...

  • Aburrirte: Aunque te parezca una manera un poco bestia de empezar en realidad el consejo tiene su miga. Muchas veces, del aburrimiento surgen las mejores ideas. De modo que no tengas miedo a esos "vacíos temporales" en los que no sabes qué hacer para que las manecillas del reloj se muevan un poquito. No desesperes. Primero que nada, comprueba que la pila no se haya gastado. Tras asegurarte de que la maquinaria sigue en funcionamiento, dale a la cabeza y montante una superproducción de Holliwood ahí dentro. Es lo mejor para matar el rato, y el primer paso para desarrollar la trama de tu posible novela.

  • Buscar estímulos: Si las ideas no vienen por sí solas, sal a su encuentro. Empápate de canciones, relee escenas de libros que te hayan marcado de algún modo, trata de averiguar qué motivó a un determinado autor a escribir ese poema que tanto te gusta o busca un final alternativo a la peli que viste el otro día y que te pareció un bluf. En definitiva, sumérgete de cabeza en cualquier cosa que estimule tu imaginación. 

  • Ser diferente: es mucho más importante que ser original. Seamos sinceros, a estas alturas de la vida ya todo está inventado. Es muy difícil (jamás imposible, pero sí tremendamente complicado) que des con un tema que ningún otro autor haya tratado antes. De manera  que olvídate de grandes gestas y limítate a ser simplemente tú. Marca tu estilo, no imites a nadie. Ese autor que tanto te gusta ya existe, no necesitamos otro. Pero siempre viene bien tener a gente nueva capaz de aportar lo más importante que puede tener cualquier persona que pretenda desarrollar una actividad creativa: personalidad. 

  • Arriesgar: pero lo escrito más arriba no quiere decir que te acojas a un patrón y no salgas de él. De eso nada, ¿qué sería de la escritura sin el placer de experimentar? No te cortes a la hora de asumir planteamientos creativos que nos muevan a lo nuevo, aunque se aparten de las normas literarias establecidas dentro de un determinado género. Da igual si tropezamos, lo importante es contar lo que deseas contar del modo que crees que debe ser contado. 

  • Tener fuerza de voluntad: El tesón pule tu forma de escribir. De modo que no des por perdido el tiempo que inviertes en hacerlo. Aunque al final consideres que es mejor desechar el texto en el que llevas dos meses trabajando siempre te habrá servido para mejorar tu estilo. Esto lo he comprobado de primera mano. ¡Ay!, Cielo de Bangkok, si te pillara ahora por banda qué puesta a punto te iba a hacer. 

  • Ser coherente: no te engañes a ti mismo, ni intentes engañar al lector. Ya hemos mencionado lo importante que es para un escritor tener personalidad, así que no la escondas. Se honesto con lo que cuentas, cree en ello y defiéndelo. En definitiva, no te prostituyas; no intentes quedar bien con Dios y con el diablo. La parte de ti que quede reflejada en el texto debe ser auténtica. 

  • Tener autoexigencia: duele (¡vaya si duele!) desechar esos tres capítulos en los has estado trabajando todo un mes. E incluso esa página que te ha tenido liado/a toda la tarde. Pero, si hay que hacerlo, pues hay que hacerlo y ya está. Elimina todo aquello que consideremos que no tiene el nivel necesario, o no cumple las expectativas del trabajo que nos hemos propuesto sacar adelante. 

  • Formarte: Lee continuamente y no dejes de aprender sobre el oficio. Asiste a cursos, charlas... Créeme, jamás sabrás suficiente sobre escritura. Aun cuando te parezca que el conferenciante de turno no esta aportando nada diferente a lo que ya sabes; aunque creas que todo este rollo de pautas, organización del trabajo y demás no te sirven para nada, aprende de todos los recursos que tengas a tu alcance. Otra cosa es que luego decidas no usarlos, pero que nadie diga que no conoces los entresijos de tu trabajo en profundidad. 

  • Forjar tu orgullo: Que no tu vanidad, no confundamos términos. Eres escritor, deberías conocer bien la diferencia entre uno y otra. 😉 Pocas cosas caen tan mal como una persona petulante o en exceso pagada de si mismo/a. Escribir no te hace mejor que los demás, no creas que tienes algún tipo de superioridad moral o intelectual reservada para unos pocos. Pero también ten presente que lo que haces no es fácil, ni puede hacerlo todo el mundo (cómo odio esa frase de 《yo también podría escribir. ¡Mi novio dice que tengo una imaginación!》. Pues inténtalo, guapa, inténtalo; a ver qué te sale).  Valora y da valor a tu trabajo. No serás el mejor novelista del mundo, pero eres novelista. 

  • No perder nunca la humildad: esto es un poco resumen de los dos últimos puntos. Un recordatorio de que estamos en constante proceso de aprendizaje, por mucho éxito que podamos llegar a tener. 

Y hasta aquí hemos llegado. Estos son los consejos que me dio la siempre adorable Hello Kitty cuando abrí su libreta. 😆 Ya ves, para que luego digan que es una gata bobalicona. Espero que te sirvan de ayuda si estás interesado/a en dedicarte a la escritura. Y, si no, pues que por lo menos hayas echado un ratito entretenido. 

4 comentarios:

  1. Me ha encantado tu entrada. ¡Muchas gracias por los consejos! Un besazo

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    1. Gracias a ti, por pasarte por el blog y dejar tu comentario 😘😘.

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  2. ¡Hola Adriana! Me ha encantado tu entrada, y además me viene como anillo al dedo, ya que me encuentro inmersa en la escritura de mi nueva novela y usaré esas técnicas más de una vez, en este año que es tan poco inspirador jeje

    Un besito!:)

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    1. Esa novela va a ser preciosa, Luna. Como todas las historias que escribes 😉. Así que mucho ánimo, y a disfrutar del proceso de escritura, que es lo mejor de esta profesión.
      😘😘😘

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